Teotihuacanos

Teotihuacanos

Constructores de una de las ciudades más grandes del mundo antiguo.

Teotihuacán

Ciudad de los dioses

Teotihuacán alcanzó su máximo esplendor entre los siglos III y VII d.C. con una población estimada de más de 100,000 habitantes, convirtiéndose en una de las urbes más grandes del mundo en su época.

Sus principales avenidas y estructuras, como la Calzada de los Muertos, la Pirámide del Sol y la Pirámide de la Luna, muestran una planificación urbana excepcional y una visión cosmológica de su arquitectura.

Esta ciudad fue un centro económico, político y religioso que atrajo poblaciones de distintas regiones, generando una sociedad multiétnica. Aunque aún se desconoce su lengua y etnia dominante, su legado cultural es incuestionable.

Organización y comercio

Influencia regional

La economía de Teotihuacán se basaba en el comercio, la agricultura y la producción artesanal. Controlaban rutas comerciales que llegaban hasta Centroamérica y comerciaban productos como obsidiana, cerámica, textiles y alimentos.

En sus barrios vivían artesanos, comerciantes y extranjeros que mantenían relaciones diplomáticas y económicas con otras culturas. También fabricaban figurillas, murales y amuletos de gran valor simbólico.

Su influencia fue tan profunda que ciudades lejanas, como Kaminaljuyú en Guatemala, adoptaron elementos teotihuacanos en su arte y arquitectura. Cuando Teotihuacán cayó alrededor del siglo VIII, su legado continuó presente en los mitos y tradiciones de los mexicas.